miércoles, 9 de marzo de 2016

Òrìsà Ìbejì - Gemelos

En la antigüedad, en el pueblo de Isokun, vivía un agricultor muy próspero que era conocido en todas partes como un cazador de monos. Esto era así porque como sus siembras eran muy prolíficas, los monos venían a comer de sus cultivos. De modo que los monos se volvieron una plaga para el agricultor. Este trataba de expulsarlos, pero ellos iban y venían, y comían de todos sus frutos. Él y sus trabajadores vigilaban los cultivos, mataban a los monos y los sacaban con palos y piedras. Pero los monos se negaban a irse. Y siempre regresaban a comer de sus siembras. El agricultor se las ingenió para mantener a los monos fuera de sus cultivos. Entonces los monos hicieron Juju (brujería). Comenzaba a llover y los vigilantes se iban a la casa, pensando que con la lluvia los monos no vendrían a comerse las cosechas. Pero los monos hicieron que cayera la lluvia y mientras llovía, ellos comían y comían. Cuando el agricultor descubrió esto, mandó a construir techos para los vigilantes. Así pudo matar muchos monos. Aquél agricultor tenía varias esposas. Un día un adivino vino al pueblo de Isokun y predijo para el agricultor: “Si continúas matando monos, tus esposas no podrán tener hijos. Los monos son sabios y poderosos, ellos tienen la facultad de enviar un Àbíkú (nacidos para morir prematuramente) a los vientres de tus esposas. Cesa de matar monos. Permite que los monos vengan y coman en tu tierra. El agricultor no le creyó a aquel Babaláwos. Y continuó matando a los monos. Estos se reunieron y discutieron la forma de vengarse del hombre. Fue así como decidieron enviarle dos Àbíkús. Entonces dos monos se transformaron en Àbíkús y viajaron al vientre de una de las esposas del agricultor. Cuando la mujer parió, nacieron los primeros gemelos en aquel pueblo Yorubá. Esto atrajo la atención de todo el mundo. Era la primera vez que nacían dos niños a la vez. Unos dijeron: Qué buena fortuna para el agricultor. Otros manifestaron: Esto es un mal signo para el agricultor, ya que sólo los monos paren gemelos. Pero como los gemelos eran Àbíkús, al poco tiempo murieron. Y los monos retornaron al “lugar de los no nacidos”. De nuevo, una de las esposas del agricultor quedó embarazada, y cuando parió, nacieron otros gemelos. Pero como eran monos, al poco tiempo de vida, murieron. Así pasó con todas las esposas. El agricultor desesperado, porque no podía tener herederos, viajó a un lejano lugar para consultar a Òrúnmìlà. Ifá le dijo: Tus problemas son provocados por los monos. Ellos están enviando Àbíkús a los vientres de tus esposas. Tú le has provocado a ellos un gran sufrimiento, y en venganza ellos te hacen Juju (brujería). Permite que ellos coman en tus cultivos, a lo mejor así se apaciguan. El agricultor regresó a Isokun, y dejó de cazar monos. Los monos comían tranquilamente. De nuevo, una de las esposas del agricultor salió embarazada y parió gemelos. Pero el agricultor, inquieto por sus anteriores experiencias, fue de nuevo a consultar el oráculo de Ifá para asegurarse de que sus hijos no murieran otra vez. Ifá le dijo: “Estos gemelos no son Àbíkús. Los monos se han apaciguado. Pero tampoco estos gemelos son niños ordinarios. Estos gemelos tienen el gran poder de premiar o castigar a los seres humanos. Su protector es el Òrìsà Ìbejì. Si alguien maltrata a estos gemelos, el espíritu Ibeji castigará a esa persona con enfermedad, pérdidas (embarazos) y pobreza. Y quien trate a los gemelos con bien, será recompensado con hijos y buena fortuna. Ifá también dijo: Debes hacer cualquier cosa que los haga felices en este mundo. Lo que ellos quieran, dáselo. Hazle ofrendas al Òrìsà Ìbejì. Ya que los gemelos fueron enviados al mundo por los monos. Los monos son sagrados para el Òrìsà Ìbejì. Ni los gemelos ni sus padres pueden matar monos ni comer carne de mono. El agricultor retornó a Isokun y le dijo a su esposa lo que había aprendido de Ifa. Él le explicó que lo que los gemelos quisieran, había que dárselo. Si querían dulce, se los diera; si querían ir al mercado a pedir, que los cargara y los llevara al mercado; si querían bailar, que ella los cargara en sus brazos y danzara con ellos. Así vino la buena fortuna a la vida del agricultor. Desde este día, los gemelos son llamados: Adanjunkale (con ojos brillantes en la casa). El primero que nace es llamado: Taiwo (To—aiye—wo: El que viene a probar la vida). El segundo que nace es llamado Kehinde (Ko—ehin—de: El que viene detrás de otro), y es el mayor de los dos. El pueblo Yorubá dice que Kehinde siempre envía a Taiwo adelante para descubrir si la vida vale la pena. Los Ìbejì son la deificación del nacimiento de dos o más niños al mismo tiempo. Se considera que tienen ciertos poderes especiales e incluso que habrían sido mandados al mundo por el propio Sàngó. Pueden ser un varón y una hembra; dos varones o dos hembras. En el culto a los Òrisà, también hay Ìbejì que pueden proceder de otros linajes que no sean el de Sàngó; como por ejemplo de Yemoja o de Obàtálá. Pero dada la gran influencia de Sàngó, es muy raro que se cultúen a Ibejis que no pertenezcan a su familia y tratándose de los que vienen de Yemoja se los asocia a la unión entre ésta y Sàngó. Por otro lado los Ìbejìs que pertenecen a Obàtálá serían hijos también de Sàngó, pero que por haber nacido albinos habrían sido entregados al culto del Òrìsà funfun, pasando a ser los Ìbejìs que se les entrega a los hijos de Obàtálá. Los Ìbejì protegen a los niños en general y además también se utilizan para la unión de las personas. Al Òrìsà Ìbejì se lo asienta en dos muñecos de madera (con carga interna), en dos okutás por cada Ìbejì que se asienta y además en sus armas y herramientas. Cuando vienen por parte de Yemoja con Sàngó al macho se le viste de rojo y blanco y a la hembra de celeste y blanco; siendo también sus collares de los mismos colores. Cuando vienen por Òsun con Sàngó a los dos se los viste con los colores rojo, amarillo y blanco . Pero hay además otra filiación y es cuando vienen por Oya con Sàngó, siendo que en este caso se les ponen 9 colores brillantes. Se les saluda diciendo "¡Beji oro!" (espíritu que nació doble).

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